giovedì 6 aprile 2017

Idea metodológica de los "Los jóvenes y el malestar afectivo".




R. Pinto                   Idea metodológica de “Los jóvenes y el malestar afectivo”.

La idea metodológica que está detrás de esta película es que existe una dimensión humana (los afectos) que es, en cierta manera, ‘trascendente’, o sea que está ‘más allá’ de lo que se ve y oye tal como lo experimentamos en nuestra experiencia cotidiana (y en esta experiencia incluyo también lo que nos muestran todas las pantallas que nos rodean, que configuran en gran medida nuestra experiencia del mundo). Es una dimensión invisible incluso para los sujetos en los que esta dimensión se encuentra y vive, que normalmente no son concientes de ella (el concepto científico que más se le aproxima es el de ‘inconciente’ de Freud). Esta dimensión solo puede aflorar (para el propio sujeto y para los demás) si una cámara la enfoca, ilumina y revela. El cine se inventó, tal vez, con la finalidad esencial de descubrirla y enseñarla (como intuyeron maestros del cine como Rossellini). Podríamos describir este fenómeno de manera historiográfica y también en “contraplano”, o sea en la perspectiva de los sujetos humanos afectados por la irrupción del cine en sus vidas: desde que ha aparecido el cine, sus afectos se han retraído en esta dimensión ‘invisible’, como si su intimidad quisiera defenderse de un intruso  o un espía. Hay una verdad histórica profunda en el hecho de que el cine y el psicoanálisis nacieran juntos, entre el siglo XIX y el XX: ambos pretenden iluminar de manera directa e inmediata la afectividad, que  anteriormente afloraba a la conciencia, individual y colectiva, filtrada, y por lo tanto protegida,  por el lenguaje verbal y literario.
La cámara y el análisis psíquico profanan la intimidad del sujeto revelando lo que hay en ella de inconfesable. Considérese, además, que tal dimensión afectiva es, desde luego, específicamente humana, pero también envuelve objetos y paisajes, en la medida en que forman parte de la humana experiencia: cualquier elemento del paisaje es relevante, cinematográficamente, solo en la medida en que revela en la pantalla, y comunica al espectador, la carga afectiva de la que es o podría ser el soporte. Podríamos hablar de la 'afectividad' como de un 'a priori' representativo (cinematográficamente). Una evidencia indirecta de esta ‘verdad’ histórica, es que en el siglo XX la literatura, que había sido hasta finales del XIX el vehículo tradicional de la afectividad (en la sociedad europea), intenta aproximarse en la medida de lo posible, verbalmente, a esta dimensión ‘indecible’; hablo, obviamente de la ‘buena’ literatura, la que desafía las reglas del sentido común y las ideas dominantes; la ‘mala’, o sea la literatura de entretenimiento, no tiene otra función, en el siglo XX como hoy en día, que la de confirmar los tics y las neuras de la gente.
La idea que está detrás de la película sobre el “malestar afectivo”, es usar la cámara para ir ‘descubriendo’ y ‘revelando’ lo que ocurre en esta dimensión oculta de la personalidad, lo que llamamos “dinámicas afectivas”. Más que ‘hacer’ cine, lo que queremos hacer es usar el cine para dicha investigación, convencidos de que es su dispositivo lo que reorienta la atención y la mirada de los ‘actores’ hacia dentro, hacia la parte más profunda y auténtica de su propia experiencia, en un ejercicio de autoanálisis que sin este dispositivo muy dificilmente se produciría. Los jóvenes que han participado en esta experiencia, provocados por la cámara (y, anteriormente, ‘puestos en situación’, o sea involucrados en el proyecto en varias sesiones previas de explicación y discusión) han tomado conciencia de sus propias “dinámicas afectivas” y las han verbalizado de manera espontánea (en muchas de las grabaciones no estabámos ni yo ni el director).
Han sido, en efecto, muchas horas de filmación. Luego hemos leído el material como si fuera un conjunto de textos escritos y lo hemos interpretado. En este caso, la selección que ha dado lugar al montaje es esta interpretación: los 17 minutos que se ven en la pantalla, representan la síntesis de lo que los jóvenes han manifestado, y esta síntesis es la (pequeña) verdad que la cámara ha revelado. Se trata, obviamente, de una verdad ‘provisional’ porque son pocos los sujetos entrevistados, pero suficientes para que se intente verificarla ulteriormente con un muestreo más amplio, y en contextos diferentes (por ser universitarios los estudiantes tienen, posiblemente, una lucidez mayor). Pero se pueden extrapolar ya interesantes caminos de análisis: por ejemplo la diferencia entre las alumnas italianas y las españolas. Las primeras están obsesionadas por la familia, en la que buscan modelos de referencia para sus relaciones sentimentales, las otras intentan, en cambio, buscar alternativas a la estructura de pareja monogámica que han heredado y que viven como una situación dolorosa o conflictiva.
Para nosotros la ‘edición’ de la película no implica que no tenga una condición de ‘esbozo’, o sea de resultado provisional que funciona más como hipótesis para investigaciones y películas sucesivas que no como resultado y conclusión definitivos. Podría decirse que esta película se parece más a un ensayo  (en el cual el autor intenta convencer al lector de la tesis que defiende) que a un poema (en el cual el autor intenta sugerir en el lector toda posible emoción o idea, y le deja, por lo tanto, muy libre de interpretar).   La película entraría, por lo tanto, en la categoría del ‘cine verdad’ (en el cual los elementos 'retóricos', mínimos, como son, en este caso, los cortes tipo videoclips o el discretísimo comentario musical, solo representan adornos al servicio de la tesis que se quiere demostrar). Pero pretendemos alejarnos de los modelos tradicionales de este género en la medida en que la 'tesis' a demostrar no es previa a la puesta en escena y a la grabación; la 'tesis' es el resultado del análisis y la interpretación de lo que ha acaecido delante de la cámara, y que la misma cámara, además, ha desencadenado. Esta función desencadenante del dispositvo cinematogáfico hay que entenderla, sin embargo, mucho más como una función expresiva que creativa: la cámara no ‘crea’ realidades (que sin ella no exisitirían); la cámara abre camino a la expresión y ‘revelación’ de realidades que sin ella quedarían inexpresadas (es decir: no verbalizadas).
 Podríamos hablar, por lo tanto, de 'cine de investigación', o incluso de 'cine científico', porque la selección de las frases, a partir de la cual se realiza el montaje, es tan cuidadosa como lo es, en un ensayo, la selección de los aspectos de un texto que se consideran más  significativos y relevantes para su comprensión. Los textos, para nosotros, son lo que los jóvenes han dicho (y en cierta medida también sus gestos): nuestra tarea ha consistido en seleccionar las frases (y los gestos) que mejor resumen el sentido global de sus ‘actuaciones’, para que el fenómeno ‘afectivo’, cuya existencia hemos deducido y pretendemos mostrar, aparezca en toda su indiscutible evidencia.
En nuestra película el trabajo de interpretación ha sido efectuado por el director y por mi, pero en futuras producciones nos proponemos involucrar en las tareas de montaje a los ‘actores’ también, para que controlen la ‘película’ en cada fase de su gestación.



domenica 2 aprile 2017

Filología, sociología y cine: audiovisuales de investigación sobre la afectividad en el mundo contemporáneo


R. Pinto - M. Rossano   Filología, sociología y cine:  audiovisuales de investigación sobre la afectividad en el mundo contemporáneo

Con esta iniciativa nos proponemos vincular el estudio de la literatura, y más en general la investigación filológica y sociológica, con las dinámicas existenciales de la juventud, para que las obras literarias puedan servir de brújula teórica y estética en la interpretación de las dinámicas afectivas, que presentan hoy, sobre todo entre los jóvenes, un alto grado de incertidumbre y malestar.

Tradicionalmente vinculada con el “mundo de la vida”, la literatura se ha convertido en un saber ajeno a la existencia y a sus problemáticas afectivas, desplazada por las pantallas (cine televisión ordenador teléfono), que han invadido la experiencia cotidiana de las personas, creando hábitos de inmediatez interactiva que vuelven obsoleta la página impresa (que apela más bien a la reflexión individual). Convencidos de que la literatura representa un patrimonio de valores y saberes irrenunciable, en nuestra civilización, creemos que debemos acudir a ella (sobre todo a los clásicos) para reconstruir un código explicativo de los afectos y las emociones cuya pérdida supone, hoy en día, graves fenómenos de desorientación ética.

Vivimos en un mundo hipervisual en que nuestra cultura experimenta una contaminación viral por las imágenes que condicionan las relaciones sociales y forman parte de la vida de las personas. Las fotografías, el cine documental y etnográfico, los vídeos en la cultura contemporánea son un importante elemento de creación de relaciones sociales, de construcción de significados de análisis y descripción de la realidad humana. El lenguaje visual se está convirtiendo en el lenguaje privilegiado de la comunicación. El audiovisual no es un medio que sustituya otras formas y metodologías de análisis. Más bien es un instrumento con un lenguaje y códigos propios que ayuda a traducir y a comprender la intensidad de conductas que la escritura no expresa de la manera adecuada. El instrumento audiovisual permite construir un discurso desde los propios actores involucrados en los procesos. Las imágenes se pueden difundir con mayor y diferente impacto respecto a los discursos tradicionales, en una experiencia multisensorial de investigación y comunicación.

Para realizar esta tarea, nos proponemos poner la interpretación de los textos al servicio de la autocomprensión afectiva de los jóvenes, estimulando su curiosidad sobre su propia vida de relación. La cámara y el dispositivo cinematográfico proporcionan a los alumnos (guiados por el profesor-cineasta) la oportunidad de verificar en su propia vida la persistencia, o el agotamiento, de los contenidos y los valores que la literatura elabora. Ellos mismos, además, actúan a su vez como investigadores en la vida de sus compañeros, amigos y conocidos. El montaje, en el que están llamados a participar los alumnos también, dará coherencia argumental a las películas. Pero los materiales filmados, independientemente de su posterior montaje, serán almacenados, para configurar un conjunto de testimonios que documentarán la realidad afectiva de la sociedad contemporánea y su evolución, en el paso del tiempo.

Las obras fílmicas de esta iniciativa tendrán una circulación sobre todo académica, para que el ámbito universitario español e internacional tomen conocimiento de nuestras actividades, y compartan las suyas del mismo tipo. Sin embargo, no se excluye una destinación más amplia, dirigida al público cinematográfico en general, en la medida en que al interés científico se acople una significativa intensidad narrativa. Este blog, abierto a todos los públicos, se presenta y propone como espacio de experimentación y debate para todos los interesados.

Proyectos realizados o en vía de realización:
Los jóvenes y el malestar afectivo (clicar para visualizar)
Los alumnos explican delante de la cámara las maneras de relacionarse en el plano afectivo, siendo además ellos mismos autores de entrevistas con sus coetáneos.

A partir de un seminario sobre Garcilaso de la Vega, los alumnos reflexionan sobre esta lacra de nuestra sociedad que es la violencia de género.